Caballo ganador

Perdí la apuesta La perdí, caí al vacío más profundo de la inercia, no imaginaba ni por un nanosegundo fracasar en ella. No sospechaba que tus pasos me llevarían a ganar la partida de mis días. La única, la mía, la más acertada. Que me empujarian a darme cuenta que no nos pareciamos, que empañabamos el reflejo en el espejo. Gracias por hacer pausa, Gracias por un corazón hecho añicos, por la suma de unos días en aquel espejismo de supuesto paraíso.

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